El pasado 23 de septiembre se instauró el día de David Bowie en Chicago, por decreto del propio alcalde de la ciudad y de las autoridades municipales. No es que el Duque Blanco provenga precisamente de Michigan, sino más bien de las perdidas calles oscuras de Brixton en Londres, entonces, ¿por qué tal reconocimiento? Simplemente porque la figura de Bowie se ha transformado en un tótem cultural que ya es imposible no celebrar. Acá van 3 razones para entender la creciente devoción por el Duque Blanco:
Su influencia en la música actual: Desde Disclosure hasta Arcade Fire, de Lorde a Lady Gaga o atravesando la experimentación de nombres como St. Vincent y James Blake, hoy en día es prácticamente imposible no encontrar rastros de algún Bowie –el glam, el soulero, el experimental o el ícono pop- en las figuras que hoy dibujan la música contemporánea. Todo tiene un comienzo.
Su sello en la moda: Difícilmente se puede encontrar otro artista en la historia de la música que haya tenido tanta relevancia en el diseño y la moda como Bowie. Desde su andrógena propuesta con Ziggy Stardust hasta su estampa de imperecedera elegancia inglesa, el camino de su imagen ha sido siempre aplaudido y tomado como inspiración (de hecho, la revista Vogue lo eligió el año pasado como el Británico Más Elegante de la Historia, superando a la Reina Isabel I que fue relegada al segundo lugar).
Su transformación en un ícono: Hace ya 10 años David Robert Jones desapareció de la luz pública para dedicarse a su familia y no perderse la niñez de su hija Alexandra. Pero Bowie no da puntada sin hilo y su retiro sirvió para cimentar su transformación en un verdadero ícono cultural que hoy es imposible de abarcar. No da entrevistas, no toca en vivo y no se deja fotografiar. Sólo decidió romper sus 10 años de silencio para editar el año pasado un aplaudido retorno musical en The Next Day, pero luego de eso: nada. Sus canciones son las encargadas de hablar por él, pero el Duque sabe cómo operan los sistemas. Su alejamiento sólo ha servido para potenciar su figura. No por nada lo han elegido como el Artista Más Influyente del siglo pasado y como uno de los músicos más inspiradores para la nueva generación (según la revista NME). Hoy es el momento de Bowie y todos parecen saberlo.
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